miércoles, 29 de junio de 2011

Lubina al horno con alegrías

Se suele decir que la buena cocina no necesita de florituras, que con buenos ingredientes y paciencia el trabajo está hecho. En este caso no se necesita ni paciencia.

Me suele pasar que los días que tengo más tiempo para cocinar y para disfrutar de la cena (esto lo cené ayer y hoy tenía el día libre) me apetecen cosas más sencillas. Algo tengo ahí, ya me lo miraré.

Las alegrías riojanas son un regalo de mi primo Miguelín, que me abrió los ojos al mundo cuando me contó cómo acompañan por esas tierras a la tortilla de patatas. Ya hablé un poco del tema en una receta anterior, pero ahora entiendo mejor el tema. (Nótese que cuando me lo contó estábamos de findesemana de primos y ya se sabe lo que pasan en esas reuniones, vaya, que el alcohol borra la información útil). Desde que lo probé me hice fan, pero fans, fans. Más majo él...

Según la wikipedia: La alegría riojana es una variedad de guindilla originaria de la comunidad autónoma de La Rioja (España). Suelen participar en diferentes preparaciones culinarias típicas de la cocina riojana. Son muy picantes, de color rojo y con una forma similar al pimiento del piquillo pero de menor tamaño. Reciben este nombre por la "alegría" que aporta al paladar al ser ingeridas, debido a su fuerte picor.

Ingredientes:

- 1 lubina (por persona)
- 1 limón
- 1 diente de ajo
- 1/2 vaso de vino blanco
- Pimentón dulce
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal

Acompañamiento:
- Alegrías riojanas
- Tabasco

Precalentamos el horno a 180 grados. En una fuente de horno colocamos la lubina y la salamos por ambas partes. Echamos un chorrito de aceite, el zumo de medio limón, el medio vasito de vino blanco y el otro medio limón cortado en rodajas, colocado por encima. Lo metemos al horno y en 13 minutos (aprox.) estará.

Mientras, cortamos en trocitos un par de alegrías, las disponemos en un cuenco y las mezclamos con 2 cucharaditas de tabasco. (Normalmente no se les añade tabasco, pero aquí nos gustan las emociones fuertes).

Unos minutos antes de sacar el pescado, calentamos un chorrito generoso de aceite de oliva en la sartén, laminamos el diente de ajo y lo freímos. Cuidado que no se queme, porque amarga. Retiramos del fuego justo cuando empiecen a dorarse y añadimos una cucharada de pimentón. Removemos y lo vertemos sobre el pescado recién salido del horno. Servir.

Aquellas personas sensibles al picante, mejor se abstengan al acompañamiento porque REVIVE A UN MUERTO. No lo he comprobado pero me apuesto la cabeza.

8 comentarios:

  1. Pues si que te encandilaron las alegrías, no me extraña, ¿a quién no le gusta darse alegrías pal cuerpo?

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  2. Tú lo has dicho Drugales, ¿a quién non??

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  3. Por cierto, abandonaste la sección "comer por ahí". Me parecía que tenía futuro...

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  4. Es que no viajo nada, Drugos, y cuando como fuera, si saco las fotos con la cámara de otro NUNCA LAS RECUPERO.

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  5. Aunque me resultan más apetecibles los salchicos (siempre fui un poco guarrete pa esto del comer...), aprovecho este post para decirte de tu difusión, y como no, darte la enhorabuena por el blos. El otro día en una charla regada por multiples Mahous rojas, un soltero reconocido, no doy nombres (sólo que su pelo es Rubio), recomendaba a otro amiguete, nada ducho en las artes culinarias, a visitar mybrococina....Vamos que estás haciendo labor social!!! Sigue así... noel

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  6. Jopé, que ilu :D
    Así da gusto oye.

    ....por cierto, vaya buenas pistas que das, juasjuasju

    Gracias Noel!

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  7. Este blog ye la bomba... yo tb soy fan. Por cierto, tienes FOTINAS esperándote en Ca' Gus... si no vienes a recogerlas YO NO TENGO LA CULPAAAAAAAAA. :P

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  8. :) Esas fotos se han perdido... creo que hay que volver a cenar allí.


    :P

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